En
la actualidad, las propuestas en torno al “aprendizaje colaborativo” reconocen
la cooperación como actividad diferenciada del trabajo individual. Dichas propuestas, destacan “la necesidad de ayuda social y
cultural para progresar en la resolución de una tarea, la comprensión de un
fenómeno o la adquisición de una
habilidad”. (Temporetti, Félix). El diálogo entre compañeros facilita la conclusión del
quehacer solicitado por el docente, guía, coordinador, etc. Para Piaget "la interacción social es importante porque estimula el conflicto
cognoscitivo, y la conversación es un catalizador de cambios internos, sin influencia directa en las formas y funciones del
pensamiento" (Cazden,
Couertney). Ese intercambio que
ocurre reafirma creencias o consideraciones y genera un ambiente de
seguridad que pondrán en práctica en una próxima intervención. Durante la interacción social, las personas, modifican y transforman su comprensión del escenario discursivo, lo que implica un proceso permanente de negociaciones para mantener la comunicación, enriquecer el conocimiento y avanzar en el dominio de las tareas propuestas. En palabras de Solé & Teberosky: “…la
alfabetización resulta de la interacción con otros, a través de un diálogo
situado en contextos culturales específicos.”
Como dice César Coll, “el profesor guía el
proceso de construcción de conocimiento del alumno, haciéndole participar en
tareas y actividades que le permitan construir significados cada vez más
próximos a los que poseen los contenidos del currículum escolar. El profesor
es, pues, al mismo tiempo un guía y un mediador.” En términos vygotskianos, el maestro puede utilizar
el discurso para conducir a los alumnos a través de nuevas zonas de
desarrollo próximo. Hay que alentar a los estudiantes a que utilicen el
lenguaje para dar forma a su comprensión, ya que “al formular el conocimiento
para uno mismo se accede a los principios sobre los que éste se basa”.
Entonces, el trabajo colaborativo ayudaría a “establecer a
través del discurso una continuidad de experiencia que sea en sí mayor que su
experiencia individual.” (Edwards y Mercer). Estoy de acuerdo con Vygotski al considerar
que el alumno no es “el organismo en soledad” de Piaget, porque “el
aprendizaje humano presupone un carácter social específico y un proceso por el
cual los estudiantes se introducen al desarrollarse en la vida intelectual de
aquellos que les rodean.” En palabras de Jerome Bruner “en el modelo piagetiano…un niño en soledad
lucha con sus pobres fuerzas para lograr cierto equilibrio entre asimilar el
mundo a él o así mismo al mundo.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario